fuerzan reflexiones, juramentos,
compromisos.
Liturgia bañada de ron; soledades
compartidas;
reclamos extraviados; amor condicional,
es la plataforma para renovaciones
tácitas.
Ahora: la interminable indecisión de los
métodos;
la exploración de la causa de las dudas;
la fatigada gana de ser invencible
y la ilusión de compaginar letra y
acciones.
¿Es posible?, la interrogación corroe,
¿es plausible?, la mirada de los otros
aplasta.
Por fin, la cabeza de la dominante
bestia aparece y grita,
su alcance desvanece muros y telarañas.
Mi verdad la acompaña y se ofrece altiva,
es la hora, el espacio se me ofrece con
sus frutos listos,
los que acompañarán en este paso
levantan sus escudos.
Mi garganta se llena con la conjunción
de palabras exactas:
“Por mí y para mí el dibujar de esta ópera
prima,
por mí y para mí la composición de este
himno”,
y un río de lava sagrada limpia mis
avenidas
antes habitadas por el gris domador de
mi ambición,
y deja como herencia un nuevo inició,
Precioso Oscar, es una bella descripción del inicio renovador verdadero desde nuestra profunda e íntima esencia, con el anhelo inexplicado aún de los propósitos que están por cumplirse y queda la interrogante, es posible?. Si, desde nuestras acciones diarias y nuestro conocimiento interior. Bello mi amigo.
ResponderEliminarTodos los días un inicio y con todas las ganas todos los días. Gracias por el comentario.
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